jueves, 27 de junio de 2013

La parafernalia del bebé:


Todos sabemos, porque lo hemos visto que a los niños les rodea una parafernalia tremenda. Son múltiples los objetos que se encuentran en el mercado destinados a la crianza de bebés, pero ¿cuáles son realmente necesarios y cuáles son un producto directo del marketing?

 Los imprescindibles:

- Moisés: los recién nacidos son aún demasiados pequeños para dormir en una cuna, amén de que las cunas no suelen caber en la habitación de los padres, y pasarán meses antes de que el bebé pueda dormir sólo en su habitación.

Yo recomiendo el moisés de toda la vida, porque las minicunas modernas son demasiado pequeñas, y probablemente al tercer mes tu bebé ya no quepa.

- Cuna: evidentemente todos necesitamos una, es el lugar donde dormirá tu bebé desde que abandone el moisés hasta que pase a la cama.

- Cochecito de paseo: hay una gran variedad en el mercado, pero lo básico es siempre lo mismo. Al nacer van en un cuco o capazo, vamos el cochecito de toda la vida, cuando ya no caben, o cuando se hartan de ir ahí, pasan a la sillita, que comparte el mismo chasis que el cuco. No tienes un cuco y una silla, sino unas ruedas sobre las que insertas una cosa u otra. De unos años a esta parte, se ha unido a este dúo el porta bebés o huevo, y que todo el mundo llama maxi-cosi, por ser ésta la primera marca que lo lanzó al mercado, y que no es otra cosa que una sillita para el coche, adaptada a los bebés y que también se puede insertar en el mismo chasis que el cuco y la silla de paseo.

Cuando el niño cumpla el año, le puedes pasar a una silla de tijera, que son las que se pliegan completamente, porque las otras, ya verás que abultan un mundo.

- Bañera: A los niños hay que bañarlos, no ducharlos para que no cojan frío. Como llenar todos los días la bañera para un bebé es gastar mucha agua, compra una bañera de bebé. Puedes comprar directamente para casa una de viaje, así no tienes que comprar dos.

- Cambiador: rebautizado por mi marido como el puesto de mando. Lo vas a utilizar para vestirles, cambiarle los pañales, secarle... pero no necesitas un mueble cambiador como te intentan colocar en las tiendas, puedes comprar simplemente la parte de arriba de plástico, que es lo que usas realmente y lo pones sobre cualquier muebles que te de la gana.

- Fundas para los colchones: que los niños usan pañales es algo sabido por todos, pero lo que a lo mejor no saben los padres novatos es la tendencia que tienen los bebés para tener fugas de los mismos. Por eso es imprescindible poner fundas aislantes a los colchones del moisés, la cuna y el cuco, y tener siempre de repuesto. Porque las fundas las puedes meter en la lavadora, el colchón no.
 
Complementos no imprescindibles, pero útiles:

- Contenedor de pañales: mi marido lo llama el cacamatic. Es un contenedor que envasa los pañales al vacío para que no huelan. Muy práctico, sobre todo en verano.  

- Hamaca: Cuanto tu bebé tenga más de dos meses, no va a dormir entre toma y toma, pasará más tiempo despierto, y querrá ver mundo. En el moisés se aburren porque sólo ven el techo, por eso es útil tener una hamaca, le pones ahí cuando está despierto y se entretienen mucho.

Imprescindibles para la lactancia:

- Lactancia materna: sujetadores de lactancia (vas hasta a dormir con ellos), discos de lactancia (primero para absorber las pérdidas de leche, segundo porque tienen los pezones tan sensibles que no soportarás el roce de otra cosa), y purelán (crema de lanolina para darse después de cada toma, y que no es necesario limpiar antes de la siguiente toma).

- Lactancia artificial: biberones (te dirán que compres de los pequeños, y luego te pases  a lo grandes. Es un gasto tonto, compra de los grandes directamente, y le adaptas la tetina a su edad), esterilizador de biberones, termo, y dosificador de leche.

Consejos (estéticos) para embarazadas primerizas:


El primer embarazo se vive siempre de una forma especial. Puede que en el futuro tengas más hijos, pero nunca lo vas a vivir con la intensidad de la primera vez, puede que sea debido a que ya tendrás otro hijo que cuidar, o porque las sensaciones que experimentas ya las has vivido.

El convertirse en madre hace que las mujeres nos transformemos, pero no significa que tengamos que renunciar (como hacen muchas) al hecho de vernos en el espejo como las mujeres atractivas que hemos sido siempre. Por favor, no adoptemos esa típica imagen de "madre", seamos mujeres que nos cuidamos durante el embarazo para lucir como siempre a los pocos meses de dar a luz.

De mis dos embarazados (el primero frustrado), os puedo dar los siguientes consejos:

- Primer trimestre: es el de los malestares varios. En mi caso concreto nunca he sentido nauseas, vómitos o ascos a los olores, pero son molestias muy habituales. Yo lo que tenía siempre era un sueño invencible, y sufrí varios mareos bastante fuertes (como en las películas).

Trata de descansar todo lo que puedas, te vas a encontrar mal, muy mal, hagas lo que hagas, así que cuídate, mímate, y descansa, lo vas a agradecer.

Otra cosa que debes comenzar a tener en cuenta es el peso, trata de no coger más kilos de lo debido, en el primer trimestre se supone que no debes engordar aún nada. Yo cogí 5 kilos en ese periodo. Vas a tener más hambre del habitual y ansia por comer, te va a costar pero reprímelo o come fruta, tu cuerpo te lo agradecerá, yo aún estoy pagando por el exceso de peso durante el embarazo.

Si estás en verano, mucho cuidado con el sol, con el embarazo te vuelves fotosensible, y te quemarás con mucha facilidad. Utiliza una protección muy alta y no te pongas al sol, si quieres evitar las manchas solares, que además se quedarán ahí de por vida.

- Segundo trimestre: de repente un buen día te levantas y te encuentras de maravilla, bienvenida al segundo trimestre. Aquí es cuando se va a comenzar a notar el embarazo, sobre todo a partir del quinto mes. Probablemente comiences a sentir las piernas cargadas, la circulación se resiente mucho, muchísimo, durante el embarazo. Un consejo, ponte medias de compresión, las venden especiales para embarazas, que tienen una compresión un poco más suave que las que venden en las farmacias (yo recomiendo la marca Varicel del Corte Inglés), así evitaras que se te llenen las piernas de varices. Yo las usé desde el tercer mes hasta el final de embarazo y no tengo ninguna variz, sólo me han salido un par de arañas vasculares muy pequeñas.

También es el momento de comenzar a cuidar la piel de tu abdomen. Aquí os traslado los dos consejos que me dieron dos madres de familia numerosa que no tenían estrías, yo los seguí los dos, y a pesar de haberme puesto como un tonel tampoco tengo ninguna. La primera me dijo que ella mezclaba un poco de aceite rosa mosqueta con Nivea de la lata azul, yo eso lo usaba por la mañana, la segunda me recomendó el aceite de almendras dulces, me lo ponía por la noche. No sólo debes utilizar productos antiestrías en el abdomen sino también en el pecho, caderas y muslos, pues la piel de dichas zonas también se verá sometida a estiramiento por el aumento de volumen en los próximos meses.

Hay mujeres que notan como su dentadura se resiente, les sangran las encías y se les mueven los dientes, si es tu caso visita al dentista. Yo no noté nada en la boca, pero en contraposición se me llenó la nariz de heridas, que han estado ahí hasta que dejé de dar el pecho.

- Tercer trimestre: a estas alturas ya no puedes ocultar que estás embarazada, tienes un tripón tremendo. Mis consejos, no olvides darte dos veces diarias los productos antiestrías, continúa con las medias de compresión, protégete del sol, y cuida tu peso. Este último punto es fundamental, yo gané un total de 26 kgs, una barbaridad, mi hijo tiene tres meses y aún me sobran 11 kgs, pero lo peor fue que me generé un pinzamiento en la espalda por el sobrepeso, y me duele horrores, cuida lo que comes durante el embarazo, por tu imagen y por tu salud.

domingo, 16 de junio de 2013

Dostinex


Como ya he contado en este blog, recientemente he dejado de dar el pecho a mi hijo. Tenía mis buenos motivos, de salud.

Tras intentar la retirada saltándome tomas (el método natural, decía mi ginecólogo), me tomé unas pastillas llamadas Dostinex, cuyo efecto consiste en inhibir la prolactina, que es la hormona que hace que las mujeres tras dar a luz produzcamos leche.

A las horas de tomármelas comencé a buscar desesperadamente por internet comentarios sobre este medicamento, para ver si la reacción que yo estaba teniendo la habían sufrido otras mujeres y por tanto era normal. Lo único que encontré fue una mujer en el foro En Femenino, que preguntaba si alguien se las había tomado, tras lo cual las talibanas de la teta que pueblan dicho foro la machacaban sin piedad. Por eso he decidido escribir esta entrada, para que si otra mujer busca por internet pueda encontrar información.

Como digo el Dostinex inhibe la prolactina, pero no es algo inmediato. Se vende en un frasquito en el que vienen dos pastillitas que hay que partir por la mitad, se toma una mitad cada doce horas durante dos días. Una vez que te los has tomado no se puede poner al bebé a mamar porque pasa a la leche y sería malo para él/ella (son hormonas), y te dicen que tampoco puedes usar el sacaleches porque volverías a producir leche, y se trata precisamente de retirarla.

Pero como digo no dejas de producir leche de forma inmediata. ¿Qué ocurre cuando produces leche y no la sacas? que se acumula. Pues eso, el pecho se me comenzó a llenar de bultos duros como piedras. Varias horas después dichos bultos eran enormes y me dolían como me han dolido pocas cosas. No podía ponerme derecha, ni coger al bebe, ni respirar.

Me fui a urgencias. Iba tan encorvada que parecía el jorobado de Notre Dame. Como no podía levantar los brazos, no me atreví a conducir, bueno por eso y porque no me veía capaz de abrocharme el cinturón de seguridad, tuve que llamar a un taxi.

Allí me recetaron ibuprofeno cada seis horas, y antibiótico cada ocho (lo que unido al antibiótico de las matitis, hace que en estos tres meses haya tomado más antibiótico que en los últimos diez años), así como una dosis extra de Dostinex (que finalmente no me hizo falta). Me dijeron que tenía una mastitis masiva en ambas mamas, y que si quería me sacara un poco de leche para aliviar la presión y me pusiera frío.

Esa noche me vacié los pechos con el sacaleches todo lo que pude, porque no soportaba el dolor (tenía los pechos el cuádruple de su tamaño) algo totalmente contraindicado con la retirada, pero necesitaba aliviarme, y me metí en la cama con bolsas de hielo en el pecho.

Lo que más alivia es el hielo.

Poco a poco ha ido bajando la inflamación, y los bultos han disminuido. Aunque aún sigo tomando antibióticos (ha pasado una semana).

Cuando fui a consulta con mi ginecólogo me dijo que dado que no había tenido fiebre no creía que fuera una mastitis, sino una ingurgitación a lo bestia. Y que él me había advertido que la retirada con pastillas era dolorosa, lo cual es cierto, pero yo no pensé que tanto.

En resumen, la retirada con pastillas es muy muy dolorosa, probablemente necesites medicación adicional para mitigar sus efectos. No vas a poder coger al bebé en unos días, ni levantar los brazos por la inflamación de las mamas. Durante varios días se te va a seguir saliendo la leche, sobre todo después de la ducha, y tendrás que ponerte hielo a todas horas para mitigar el dolor. Pero todo eso, es normal.

Nota del 31 de enero de 2020:

Hola, soy la autora del Blog.

Son muchos los comentarios que ha llegado y siguen llegando a lo largo de los años a esta entrada, gracias por leerme, pero su intención no era otra que compartir mi experiencia y dar visibilidad a lo mal que se pasa al tomar este medicamento, pero ni soy médico, ni enfermera, ni nada parecido, sólo soy madre y escritora.

Por favor, no busquéis consejos médicos por Internet, para eso están los profesionales sanitarios, que tienen años de estudios a sus espaldas para poder ayudarnos. Una retirada de leche con pastillas es algo muy serio, se pasa muy mal, y puede tener complicaciones, aquí nos apoyamos, nos entendemos, y compartimos experiencias, pero no damos consejos médicos.

Gracias.

Nuevas teorías sobre la crianza de lactantes


Como la mayoría de las madres sabemos, de un tiempo a esta parte ha cambiado mucho la forma de criar a los lactantes. Es lo que mi madre denomina "esas teorías modernas", y que chocan a veces, y bastante, con los consejos de madres y abuelas, que además se sienten muy ofendidas porque dicen que parece que ellas no hayan criado hijos. 

Os aseguro que he presenciado más de una discusión entre madres, hijas y abuelas por éste tema.

Sinceramente, creo que en lugar de hacer caso a las teorías modernas, hay que hacer caso a nuestras madres y abuelas, ¿por qué? precisamente por eso, porque son nuestras madres y abuelas, y ellas criaron a sus hijos sin tanta historia ni tontería como hay ahora, de hecho, muchas ni siquiera llevaban a sus hijos al pediatra, y tenían como único recurso de crianza la sabiduría popular fruto de la experiencia y transmitida de generación en generación. La misma sabiduría popular que contradicen las teorías modernas.

Esta semana he llevado a mi hijo a un pediatra nuevo en el Hospital de San Rafael, a ver si me daba una solución al estreñimiento que padece desde que nació. Mi madre me acompañaba, para mi sorpresa me dijo señalando a mi madre

- A ver, ¿para qué están las abuelas?, que pasa que no preguntas a tu madre - dijo el médico.

- Yo es que con todas la teorías modernas que pululan ahora, no me atrevo a aconsejar nada, no vaya a ser que vaya a meter la pata - respondió mi madre.

- Bueno, hay teorías y teorías. A ver, que se le da de toda la vida a un niño estreñido.

- Zumo de naranja.

- Pues eso.

- Pero, ¿no se supone que hasta los seis meses no pueden tomar más que leche?- respondí yo.

- Tú dale zumo de naranja, y escucha a tu madre.

Conclusión, que confirmó lo que yo venía pensando desde hace tiempo, que muchas de las cosas nuevas que dicen ahora son más que discutibles, y que antes que discutir con madre y abuelas, es mejor escucharlas, que más sabe el diablo por viejo que por diablo. Y sino pongo un ejemplo, cuando yo nací los pediatras recomendaban poner a dormir a los niños boca abajo para prevenir la muerte súbita, mi abuela puso el grito en el cielo y le dijo a mi madre que ni se la ocurriera, que los recién nacidos no se pueden dar la vuelta si se ahogan al vomitar. Yo dormí siempre de lado. Años después se demostró que al poner a los bebés boca abajo se había disparado el índice de niños fallecidos por el síndrome de muerte súbita. Ahora te dicen que los pongas boca arriba.

Las teorías modernas más señaladas son:

- Lactancia a demanda: ahora los pediatras y matronas te dicen que la lactancia debe ser a demanda, es decir, cuando lo pida el bebé, no con horario. Yo la verdad es que no sé como se puede hacer de otra manera, los bebés comen cuando tienen hambre, lo que ocurre es que eso suele ser cada dos o tres horas, de ahí los famosos horarios.

Sin embargo, ésto es como todo en la vida, que se lleva a los extremos. Los defensores a ultranza de la lactancia a demanda (que suelen ser los talibanes de la teta), lo que hacen es que cada vez que el niño hace buaa por el motivo que sea, le meten la teta en la boca, tenga hambre, gases, sueño, sed o tontería. Vamos que se la enchufan a todas horas. Dicen que es el pecho no sólo es alimento, que es cariño, compañía... pues miren a un niño se le puede dar cariño de otra manera, no hay necesidad de darle de comer a todas horas. A mi juicio están haciendo una generación de obesos. El pecho o el biberón hay que darlo cuando el niño tenga hambre y ya, porque además sino no haces otra cosa.

Por otro lado, tampoco entiendo a los defensores de los horarios a ultranza. Los bebés suelen seguir una pauta temporal, pero no es matemática, unas veces tienen hambre a las tres horas, otras cada cuatro, a veces cinco o a veces dos. ¿Qué hacen cuando tiene hambre antes? porque lloran que se cae la casa abajo (aparte que me parece una crueldad dejar llorar a un bebé de hambre), y si o tiene hambre, ¿le hacen comer igual?, a mi no me gustaría nada.

Una tía mía el otro día me contaba que a ella le dijeron con mi primo (que tiene 40 años), que ya desde recién nacido tenía que respetar la noche, que la última toma se la diera a las doce de la noche, y no le volviera a dar hasta las seis de la mañana. Conclusión, no dormían porque mi primo lloraba que se volvían locos, hasta que se hartó y le empezó a dar de comer. Todos los que tenemos hijos sabemos que los recién nacidos no tienen horarios, no distinguen el día de la noche, y eso de dormir 6 horas del tirón, no pasa hasta el tercer mes.

Vamos, que ni lo uno, ni lo otro.

- Sólo leche: muchos pediatras dicen que los bebés hasta los seis meses sólo tienen que tomar leche, ni agua, ni zumos, cuando de toda la vida se les han dado precisamente zumos para el estreñimiento, agua en verano, e infusiones para los gases.

Nuevamente, esta postura suele coincidir con los talibanes de la teta, pues indican que si tiene sed que le pongas al pecho que la leche materna contiene mucha agua, lo que choca frontalmente con lo que dicen madres, abuelas, bisabuelas, y pediatras no pertenecientes a la secta de la teta como el mío que me ha mandado zumo para el estreñimiento, e infusiones para los gases.

- Dar el pecho en público: antiguamente ver el pecho de una mujer que no fuera la esposa, era algo así como presenciar el milagro de Fátima, pero claro, los tiempos han cambiado. Ahora vemos pechos en el cine y la televisión a diario, lo que ha desmitificado en parte esa zona de la anatomía femenina. Así ocurría, que antes era impensable que una mujer que alimentara a su hijo con leche materna le diera de comer fuera de su casa, lo que las confinaba sin remedio a no poder ir prácticamente a ningún lado. Ahora hay mujeres que dan de mamar a sus hijos en cualquier situación y lugar, para escándalo de muchos.

Pues en mi opinión no hay que escandalizarse por ver a una mujer amamantar a su hijo, porque es que sino la pobre no puede salir de casa. Y hay que pasar de miradas y comentarios. Yo he dado el pecho en público, para tremendo horror de sin ir más lejos mi propia madre, que se dedicó a preguntar a todas las mujeres que conocía que habían dado el pecho (ella no pudo) si lo habían hecho alguna vez fuera de casa, para mi sorpresa las que eran más o menos de su edad, respondían que nunca. Que horror, yo después de recuperarme del parto lo único que quería hacer era salir de mi casa.

Ahora eso si, hay mujeres que se sacan la teta tal cual, así, como si fuera un solomillo, delante de quien sea sin pararse a pensar que pueden importunar a alguien. Y es que hay formas y formas de hacer las cosas. Para todo en esta vida hay que saber ser discreta. Yo he visto a mujeres dar el pecho en público, sin que se le haya visto nada. La elegancia y la discreción son dos grandes virtudes.

- Los famosos anises: cualquier que tenga una madre de más de 60 años habrá oído contar aquello de lo mejor para los gases de un lactante son los anises estrellados. Probablemente si su nieto tiene gases insistirá hasta el fin de los días para que se de dicha infusión, la cual curiosamente está actualmente prohibida su uso en bebés.

Se lo comenté a mi pediatra, y me respondió que por muchos avances que haya efectivamente la infusión de anís estrellado es lo mejor para los gases, pero que los anises que venden ahora no son españoles, que eran los de toda la vida, vienen de China (como no), y han provocado convulsiones a más de un bebé, por eso se prohibió su uso en lactantes.

- Lactancia hasta los dos años: según la OMS la alimentación para un bebé debe ser lactancia materna exclusiva hasta los seis meses, y complementaria con alimentación hasta los dos años.

Vamos, yo ni de coña le daba el pecho hasta los dos años, y es la misma opinión de la mayoría de las madres con las que he hablado (que son unas cuantas).  Es más, la mayoría de las madres españolas que dan el pecho, lo hacen hasta que vuelven a trabajar, que como todos sabemos en España es a los cuatro meses. La duración de la baja por maternidad en este país hace imposible cumplir con la primera recomendación de la OMS, pero es que además la mayoría de las madres utilizan la vuelta al trabajo como excusa para el destete porque aunque las matronas te dicen que continúes, no sé muy bien como se compagina con el horario laboral. Una compañera mía lo hizo, y al segundo día tenía un dolor de pecho horroroso (todas sabemos que la acumulación de la leche tras varias horas sin dar de mamar, hace que el pecho se endurezca y duela), a la semana se le retiró la leche.

Sé que hay mujeres que les dan hasta los dos años y más. Me parece estupendo, pero seguro que no trabajan, y si lo hacen, me parece algo extraordinario.

Antiguamente el pecho se daba hasta que el niño se destetaba, y si se iba haciendo mayor y continuaba mamando, todo el mundo recriminaba a la madre por consentirlo demasiado.

Creo que lo decían antes es lo correcto, porque vamos que hace un niño que ya tiene hasta dientes mamando del pecho de su madre. ¿Qué lo dice la OMS? pues que quieren que les diga la credibilidad de dicho organismo para mi cayó hasta límites históricos cuando hicieron comprar a los Estados no sé cuantas toneladas de medicamentos contra la gripe A, y luego resultó ser todo una estratagema de los laboratorios farmacéuticos para vender a mansalva.

-Duración de las tomas:  antes se decía que una toma de pecho debía durar cuarenta minutos, veinte con cada pecho. Ahora te dicen que te olvides del reloj, que el niño esté el tiempo que quiera en cada pecho y se desenganche sólo, el motivo según dicen es que la composición de la leche materna varía durante la toma. Como no soy médico, y por supuesto no he analizado la leche materna, no puedo ponerlo en duda.
 
- Colecho: los talibanes de la teta, y los padres happy flowers, practican el colecho, que básicamente consiste en meter al niño en la cama contigo para darle de mamar durante la noche. Yo no lo veo, lo siento, además mi pediatra una de las primeras cosas que me dijo fue "no metas al niño contigo en la cama que es muy pequeño". A mi modo de ver, la cama de los padres no es el lugar más adecuado para que duerma un bebé, a mi me daría miedo aplastarle mientras duermo, la verdad, o que se ahogue con las sábanas, que no es una cama para su tamaño. Y por otro lado dicen que es que favorece la lactancia materna, pero ¿y cómo le dan el pecho? ¿tumbados? lo veo complicado. Yo me ponía el moisés al lado de la cama y cuando lloraba, le cogía y me sentaba en la cama a darle el pecho.
Una amiga de mi madre, cuyo hijo practicaba el colecho le preocupaba que la niña durmiera con sus padres por el sudor de los adultos. Eso a mi si que no se me habría ocurrido nunca.  

Quería compartir una historia que me han contado este fin de semana. Ocurrió hace más de 75 años.

Como muchas sabréis antiguamente las "señoras" no daban el pecho a sus hijos, para eso estaban las nodrizas. Pues bien, la bisabuela de una amiga mía tuvo mellizas, y la nodriza sólo tenía leche para alimentar a una de ellas, a otra la daban sopitas de leche, que vete tú a saber que era eso, pero fuese lo que fuese no debía alimentarla mucho porque falleció.

Que horror. Cada vez que mi bebé llora pidiendo comer esta historia me viene a la cabeza. Pobre bebé.

Lo malo es que no es la primera vez que oigo historias relativas a gemelos o mellizos fallecidos porque sus madres, o en este caso su nodriza, no tenía suficiente leche para dos.

Benditas leches de fórmula que permiten que hoy día sobrevivan todos los bebés que nacen, al menos, en el primer mundo.

domingo, 9 de junio de 2013

Mi experiencia con la lactancia materna, 2ª parte

Hola de nuevo,

Hace poco publiqué aquí una entrada en la que contaba como había sido mi experiencia dando de mamar a mi hijo. Al finalizarla comentaba que le estaba dando tomas de pecho y de biberón.

Pues bien, finalmente le he tenido que dejar de dar el pecho. Este jueves comencé a notar un dolor muy intenso en el pecho izquierdo después de cada toma, era como si me clavaran agujas ardiendo por los laterales, no se me quitaba por mucho ibuprofeno que me tomara. El viernes ya apenas soportaba el dolor en ese pecho, que ya no sólo era al final, sino durante el enganche y toda la toma.

A través de mi sociedad médica contacté telefónicamente con una matrona, quien me indicó que podía ser o un hongo o una inflamación de los conductos de la leche. Cuando la conté todos los problemas que había tenido en ese pecho, me contestó que no era normal y que ella seguiría dando de mamar sólo con el derecho. Eso fue por la mañana.

Por la tarde me fui a urgencias a la clínica donde di a luz. La ginecóloga que me atendió tras decirla que había tenido ya en ese pecho tres ingurgitaciones y dos mastitis, me preguntó si en varios embarazos, cuando la respondí que no, que los últimos dos meses y medio, me respondió que como seguía dando el pecho.

Tras examinarme, me indicó que lo que tenía era una inflamación de los conductos mamarios, y que estaba otra vez reteniendo leche. Resulta que tengo los conductos de la leche más estrechos de lo normal en el pecho izquierdo, y por eso tengo tantos problemas. Asimimo me dijo que la morfología de mi mama no iba a cambiar, por lo que los problemas iban a continuar, que ella me aconsejaba la retirada de la leche.

Ayer estuve todo el día dándole vueltas, amén de sufrir todo el dolor. Esta mañana tras darle el pecho al niño casi ni le podía coger en brazos. Ya no podía más, así que tras más de un mes de estar en el armario de mi cocina durmiendo el sueño de los justos, me he tomado las pastillas de la retirada, que ya me había recetado mi ginecólogo tras la segunda mastitis.

Las pastillas se llaman Dostinex, y tienen una lista de efectos secundarios más larga que la los Reyes Godos, me las he tomado con bastante aprensión la verdad. Espero que no me pase nada. Llevo todo el día un poco mareada, es uno de los efectos que menciona el prospecto, espero que sea el único, porque otros son bastante graves.

Por otro lado me ha quedado una sensación de frustración, porque finalmente no he sido capaz de alimentar yo misma a mi bebé, algo que como ya conté me hacía mucha ilusión. Pero supongo que cuando me deje de doler el pecho, me sentiré mejor incluso anímicamente.

domingo, 2 de junio de 2013

Mi experiencia con la lactancia materna:


Como ya he contado en entradas anteriores de este blog, he sido madre recientemente.

El 20 de marzo de este año, a las 23:15 horas, tuve un precioso bebe de 51 cm y 3,650 kgs. El bebe más bonito que he visto en mi vida, y que me tiene más enamorada cada día que pasa (a pesar del sueño, jajaja). Sin embargo, como ya he contado aquí, el principio de mi maternidad ha sido muy difícil (aunque ahora estoy encantada), tal y como he descubierto que les ocurre a todas las madres. Pero en mi caso además, hay que añadir problemas con la lactancia, que quiero compartir porque buceando en foros en descubierto que los tiene más gente, y espero que mi experiencia les sirva a otras madres recientes o que lo vayan a ser próximamente.

Cuando se hace la inútil preparación al parto, te hablan mucho de la lactancia materna. Que es lo mejor para tu bebe, que además te ayuda a recuperarte del parto y previene el cáncer de mama. Todo lo anterior es cierto y nadie lo pone en duda, pero te lo pintan todo muy, muy bonito y maravilloso, y no es así, yo desde luego hubiera agradecido que me contaran toda la verdad para así poder tomar una decisión con fundamento y teniendo pleno conocimiento de donde me estaba metiendo.

Sinceramente me siento engañada.  

A ver, planteemos lo siguiente, si dar el pecho fuera algo tan maravilloso ¿por qué hay tantos grupos y talleres de apoyo a la lactancia materna? ¿por qué no los hay para dar el biberón? La respuesta es muy sencilla, porque no es algo fácil, ni en muchas ocasiones maravilloso, ni bonito. Al contrario, es duro y doloroso. A mi me hubiera gustado saberlo.

Mi calvario comenzó al poco de nacer mi hijo. Al ingresar me preguntaron si quería lactancia materna o artificial, y yo respondí que materna sin dudar.

Quiero dejar claro por anticipado que yo QUERÍA dar el pecho a mi hijo, por encima de lo que me dijeran, sin tener en cuenta comeduras de tarro, sin más, para mi formaba parte del hecho de ser madre, era una parte intrínseca de la maternidad. Es más, cuando otra mujer me comentaba que se había operado el pecho para reducirlo o aumentarlo, yo siempre pensaba, ¿y después podrá dar el pecho a sus futuros hijos?, porque me parecía algo absolutamente irrenunciable.

El caso es que al decir que elegía la lactancia materna, me pusieron al niño al pecho ya en el paritorio, y lo dejaron conmigo toda la noche para que mamara. Hasta ahí bien. Al día siguiente, no tardé en notar el tremendo dolor que supone el enganche, por más que digan lo contrario, dar el pecho duele al principio, por más que se empeñen en decir lo contrario (claro que debe ser porque si lo dejaran claro muchas madres directamente empezarían con el biberón).

En el hospital las enfermeras me controlaban en cada toma que el enganche fuera correcto, siempre cogiendo parte de la aureola. Cuando les preguntaba que cuando me dejaría de doler, siempre me daban evasivas. Finalmente se lo pregunté a mi ginecólogo, y sin rodeos, me respondió: "dar el pecho duele". Lo ratifico. Duele el enganche, y los pezones por la presión continuada del bebe (que de verdad, que parece que tenga dientes), y durante la toma sientes un dolor que comienza en la axila y sube por la espalda, por lo hablar de las subidas de leche, es como si te clavaran agujas en los costados de los pechos.

Mi hijo tiene ahora más de dos meses, el dolor ha disminuido.

Respecto a la subida de la leche, se supone que es a las 48 horas en caso de parto natural, y a las 72 en caso de cesárea. A mi me tardó una semana. También se supone que mientras te sube la leche el niño toma los calostros, que dicen es suficiente para alimentarle. Dicen... Al segundo día mi hijo lloraba desconsoladamente a todas horas, y buscaba sin parar. Creo que llegué a tenerle al pecho seis horas seguidas, es más, estuvo todo su segundo día de vida sin hacer pis ni caca, y para mi desesperación nadie me daba una solución.

Y es que vivimos un momento en el que las mujeres sufrimos una fuerte presión por parte del sistema sanitario para que demos el pecho, y parece que dar a tu hijo un biberón es como darle arsénico. Conozco casos en los que no se ha respetado la voluntad de la madre de no dar el pecho, y se han negado a proporcionarle la medicación que impide la subida, así como a darles un biberón (a una amiga mía de la infancia, a la que le dijeron abiertamente que era una mala madre, la presión para hacer algo que no deseaba la costó una depresión postparto en toda regla). Me parece digno de denuncia. De hecho a mi un enfermero me dijo, ante mi insistencia en que mi hijo lloraba desconsoladamente de hambre, que si quería me traía un biberón bajo mi responsabilidad... Finalmente, la enfermera de noche al ver que no hacía caca ni pis, me trajo un biberón, milagrosamente el niño se cayó.

Los dichosos talibanes de la teta, como yo les llamo, estaban matando a mi hijo de hambre.

La presión para dar el pecho ha llegado hasta a la televisión, en el programa Bebé a bordo, se hace mucho hincapié en el tema. Es más, en uno de los programas, una madre tenía unas grietas tremebundas en el pecho, y el padre compra biberones y leche, y la tía del programa, que no, que tenía que darle el pecho, que la leche materna es lo mejor. Vamos a ver, si tiene el pecho tan mal, la duele, y se encuentra hecha unos zorros, pues que le den un biberón, vamos a ver, que el niño tiene que estar bien, pero la madre también. ¿Qué problema hay?

La pediatra al ir darme el alta, me dijo que pusiera en cada toma al niño primero al pecho, para ver si así me subía la leche (ya por fin, se habían apeado del burro), y luego le diera el biberón. Lo mejor fue que al ir a ver a la matrona del ambulatorio, de la que ya he hablado en otro post, y contarle ésto, me dijo que como podía haber consentido que me dijeran que no tenía leche, que los calostros son leche. No me levanté y la estampé contra la pared (estaba yo calentita con el tema de los calostros, claro), no sé por que, en lugar de eso la expliqué que el niño no mojaba el pañal, y que había perdido mucho más peso del normal en los primeros días, su respuesta fue que la culpa era mía que seguro que le estaba quitando tomas, que la lactancia era a demanda, y no se cuantas gilipolleces más. Me fui.

Comenté lo mismo con la pediatra del ambulatorio en la primera revisión. Cuando le dije que había estado sin hacer pis ni caca, puso el grito en el cielo, y me dijo que no pasaba nada por darle biberón. El pediatra del seguro privado, me dijo lo mismo. Lo que me lleva a la conclusión de que matronas y enfermeras se están metiendo donde no las llama nadie, y ratifica mi teoría de que no te puedes fiar lo mismo de alguien que ha estudiado tres años, que de alguien que ha estudiado diez.

En fin, como yo no tenía previsto darle biberón a mi hijo, al darnos el alta mi marido se tuvo que ir corriendo a comprar  biberones, leche, y un esterilizador. Todo un estrés a sumar a lo que supone la llegada a casa con un bebé para unos padres primerizos.

Yo le ponía en cada toma al pecho, y luego le daba el biberón. A la semana de nacer, comencé a tener leche, si llego a hacer caso a los talibanes de la teta, mi niño se me muere de inanición. Progresivamente fui bajando la cantidad de biberón.

Ya tenía leche, ahora venía la segunda parte. Según me subió, tuve una mastitis en el pecho izquierdo. Como acababa de dar a luz, y estaba hecha unos zorros, me acerqué al ambulatorio, que para eso lo tengo al lado. Como era Semana Santa no estaba mi doctora, el que me vio me confirmó que tenía una mastitis, que me pusiera frío y calor, y empezara todas las tomas por ese pecho, pero que no sabía que otra solución darme que debería verme la matrona. Pero como era Semana Santa, la matrona estaba de vacaciones, y no había otra matrona en todo el distrito de Fuencarral. Vivan los recortes en la Seguridad Social. Claro que la culpa fue mía por no irme de urgencias a Santa Elena (privado) donde había dado a luz.

La mastitis se mal curó, a base de empezar todas las tomas con ese pecho, darle al saca leches como si me fuera la vida en ello, y ponerme frío y calor. Pero ese pecho se me ha quedado muy resentido y siento un dolor muy intenso cada vez que inicio la toma, cuando en el derecho ya no siento dolor.

En busca de ayuda mandé un correo electrónico a la Liga de la leche, pese a todo quería dar el pecho a mi hijo. Me respondieron diciendo que las tomas con ese dolor son muy duras (menos mal), y que me acercara a una reunión para ver si era un problema de enganche (los talibanes de la teta lo solucionan todo diciendo que es un problema de enganche), cuando el de mi niño es perfecto, de eso se encargaron en el hospital. Aparte sus reuniones me pillan a tomar vientos, y deberían saber que una madre con un recién nacido como que no se desplaza tan fácilmente.

A las tres semanas, tuve otra mastitis en el mismo pecho. Yo creo que la primera no se curó bien. Está vez me fui a mi ginecólogo. Tenía fiebre, un dolor absolutamente inhumano en el pecho que me impedía levantar el brazo y hasta respirar, y un bulto duro como una piedra y rojo y caliente como el sol, en la parte inferior del pecho. Le dije a mi médico que si para quitarme el dolor tenía que cortarme el pecho, que lo hiciera. Es más, yo creo que si me hubieran dado un cuchillo me lo hubiera cortado yo misma. Se rió y me recetó ibuprofeno, nototil, y antibióticos durante una semana, amén de comenzar todas las tomas con ese pecho.

Si la mastitis ya duele, dar el pecho con mastitis, debería estar catalogado como tortura por la ONU. Claro que hay que hacerlo, porque precisamente la mastitis es una infección de leche retenida (ni que decir tiene que ingurgitaciones he tenido unas cuantas)y tiene que salir, si no se puede formar un acceso de pus, que me habría supuesto pasar por el quirófano para abrir el pecho y ponerme un drenaje.

Tras superar la mastitis, pedí que me retiraran la leche.

Se puede hacer de dos maneras, una natural eliminando progresivamente tomas que se sustituyen por biberón, o con un vendaje compresivo y tomando unas pastillas. Yo compré las pastillas, pero no me las tomé, aún las tengo en el armario de la cocina. Finalmente fui eliminando tomas.

Claro que siempre hay algún talibán de la teta (que te miran como si estuvieses matando a alguien por darle al niño un biberón) que te cuenta el caso de Fulanita o Menganita, que fíjate supero una mastitis y luego le dio el pecho hasta los dos años, "ya pero es que yo llevo dos en mes y medio", y entonces te cuenta la historia de no se quien que claro hasta tuvo un acceso y la tuvieron que operar, y aún así siguió dando el pecho porque dijo que ella no le daba un biberón a su hijo (ni que llevaran cianuro), y fíjate le crió estupendamente con un sólo pecho. Claro que quien te cuenta ésto, o es hombre, o nunca ha tenido una mastitis.

Es increíble lo que una madre se tiene que justificar hoy día si le da a su hijo un biberón. Si hasta opina gente que literalmente pasaba por allí, como suele decirse y no conoce tus circunstancias. A mi hijo tuvieron que repetirle la prueba del talón, porque salio dudoso en fibrosis quística, y cuando me preguntaron en el Gregorio Marañón el tipo de lactancia y dije mixta, las enfermeras empezaron que por qué, que eso no podía ser, que quitara el biberón, y yo que sé cuantas cosas más.

Aparte del dolor, lo que me traumatizada de la lactancia materna exclusiva es que prácticamente no puedes hacer otra, algo que tampoco te cuentan. En los "estupendos" libros sobre bebés, te dicen que cada niño se toma su tiempo en las tomas, unos tardan 10 minutos, otros 5, mi hijo tardaba hora y media. Ahora sólo tarda tres cuartos de hora. Lo he comentado con otras madres, y todas tienen el mismo problema, las tomas son interminables. Cuando se lo comentaba al pediatra, se limitaba a decir "Jesús" o "eso es que quiere estar contigo, porque ya tiene que tener la capacidad de vaciar el pecho en 5 minutos" Y una leche. Además, las tomas son cada tres horas, porque ahora te cuentan que la lactancia es a demanda, pero al final son cada tres horas como han sido toda la vida de Dios. Pero como las tres horas se cuentan desde el inicio de la toma, no desde el final, entre una y otra tienes una hora y pico para ducharte, comer, satisfacer tus necesidades fisiológicas, y lo más importante dormir. Al mes de dormir una hora y media, despertar, dar el pecho hora y media, dormir hora y media.... y eso en una buena noche, yo quería tirarme por la ventana. Lo mejor, la matrona del ambulatorio, que me dijo "es que es así, si quieres hacer lactancia a demanda" ¿quieres?, quien ha dicho que yo quiera hacerlo a demanda. Lo siento, soy algo más que alimentación, soy una persona y reclamo mi derecho a seguir siéndolo.

Los talibanes de la teta te dicen no des un biberón al niño, aunque sea de tu propia leche, porque luego te podría rechazar el pecho, mentira, es para que la madre no vea lo rápida que es una toma con biberón.

Como ya he contado en otro post, yo tuve un postparto horroroso, una episotomía abierta, dos mastitis, y una depresión, unido a la falta de sueño, casi acaban conmigo. Lo siento, yo necesitaba dormir, y no me considero mala madre por eso. Si no le hubiera dado su padre algún que otro biberón, yo no habría podido ni ir al médico.

Cuando comencé con la retirada de la leche, todo mejoró. Al darle biberones, acababa antes, lo que me dejaba más tiempo. Y no quería el tiempo para irme de marcha o de compras, sino para dormir, ducharme, ir al baño o poner una lavadora. Poco a poco fui dejando de ser una persona pegada a un sofá, para volver a ser progresivamente un ser humano con vida propia. Además, yo necesitaba salir de casa, llevaba meses confinada en ella, y con el pecho eso es complicado, porque primero lo de sacarme la teta en cualquier lugar como hacen muchas mujeres a mi no va, y segundo es muy incómodo dar el pecho si no se tiene un buen apoyo de espalda y de niño.

Mi hijo tiene ahora dos meses y dos semanas, y continúo dándole el pecho, aunque no todas las tomas. He llegado a un equilibrio que para mi es perfecto, porque las tomas de biberón me dan tiempo, y le sigo dando el pecho, que pese a todo, es algo que yo siempre he querido hacer. ¿Por cuánto tiempo? no lo sé.

No quería terminar este post, sin hacer referencia a todos los mensajes de apoyo de otras madres que recibí sin parar (una, que es muy comunicativa, y le contaba a todo el mundo lo que la pasaba). Eran muchas las que me contaban que para ellas dar el pecho fue una experiencia traumática. Eso deberían contarlo en la preparación al parto.

Además, quería hablar del libro fetiche de los talibanes de la teta. Está escrito por un pediatra, del que no voy a dar el nombre. Me lo he leído de cabo a rabo, y según avanzaba en la lectura de más mala hostia me ponía. Comienza el libro indicando que buena madre es la que da el pecho (ahí, para que te sientas culpable), continua comparándonos con orangutanes (mire, soy un mamífero, pero orangután lo será tu ......), y después comenta como en los países del tercer mundo se da más el pecho que los desarrollados. Y digo yo ¿no será porque no tienen otra cosa?, porque mire, mi abuela le dio el pecho a mi madre un año, y a mi tía durante dos, y entre grietas y mastitis, y como estaba en un aldea de Lugo (lo que es algo así como el entorno rural en superlativo), y no tenía acceso a servicios médicos en condiciones, vamos como ahora en el tercer mundo, se le cayó un pezón (pobre mujer, lo que me he acordado de ella). Pero es que no tenía otra cosa con la que alimentar a sus hijas, vamos que si la hubieran dado un biberón, con los dolores que tuvo que pasar...

Este maravilloso libro, indica que hay que volver a lo que se hacía antes. A saber, el pecho a demanda, no cada cuatro horas (señor, es cada tres, pero bueno), cuando como ya he comentado los niños siguen una pauta temporal para las tomas, y si no es así no creo que ningún padre le deje sin dar de comer al niño porque no es la hora, por Dios, si lloran que se cae la casa abajo. También dice que hasta los seis meses sólo pecho, ni agua, ni zumos, ni infusiones. Pues a ver si nos aclaramos, porque si hay que volver a lo que se hacía antes, a los niños de toda la vida se les han dado infusiones, zumo de naranja para el estreñimiento, y agua en verano... por no hablar de que los pediatras ya te hacen darles cereales cuando cumplen cuatro meses.

Por supuesto, nada de biberones, si hay que darle leche extraída (Dios no quiera que se les de otra cosa), con cucharita. Eso es porque como la madre vea lo rápido que toma el biberón, se replantea muchas cosas.  Claro que también dice que los cólicos del lactante no son gases, que son ganas de mimos y teta (claro, tú coges al niño y le das algo para los gases y deja de llorar, pero no, no son gases), y que la salida de los dientes no duele (claro, por eso los niños chupan los mordedores como si les fuera la vida en ello). En fin...

Pero es que además, se supone que el pecho hay que darlo hasta los dos años, lo que supone continuar al volver al trabajo. Y da consejos del tipo, que se lo des en el autobús (como se nota que es hombre y no lo ha dado nunca, porque hacerlo en el autobús, me parece un prodigio de habilidad), o que no pasa nada si el niño no quiere comer mientas tú no estés, que ya se recuperará mamando como una fiera por la tarde y la noche (eso, y luego te vas a currar sin dormir, pero claro es que eso es lo hacen las buenas madres).

Sin embargo, lo acojonante, es que hay quien le hace caso. Es más en la preparación al parto nos hablaban de estas cosas, y se supone que son profesionales. Por no hablar de las madres que lo siguen al pie de la letra. Yo en ningún momento me planteé siquiera dar el pecho más allá de la baja por maternidad, como para dárselo hasta los dos años.

Desde que nació mi hijo y comencé a tener problemas con la lactancia, me he dedicado a hablar del tema con todas las madres que conozco, quería conocer su experiencia. La mejor fue una tía mía que me hablaba de que en su empresa había una sala de lactancia, para que las mujeres que continuaban dando el pecho se extrajeran la leche, y la guardaran en neveras, que lo propusiera en mi empresa. Me estoy imaginando la cara de los de RRHH si lo propongo. Por cierto, mi tía crió a mi primo con biberón.

A la presión para que des el pecho (durante dos años) se une, una nueva tendencia a tratar de que no pidas la epidural. Eso es algo que este señor dice en su libro, y que la matrona me dijo en la preparación al parto. Mi médico me mandó al anestesista sin más (aleluya, VIVA la epidural). A mi ésto me empieza a recordar al parirás con dolor, lo que me hace pensar que si todas damos el pecho, nos tienen confinadas en casa, y con suerte hasta dejamos de trabajar...

En pleno apogeo de mis problemas con la lactancia, durante la segunda mastitis, yo le daba a mi hijo el pecho llorando de dolor, y dándome de cabezazos contra la pared. Mi bebé se asustaba, y yo llegué a comenzar a sentir un fuerte rechazo hacia él, porque sentía que por su culpa tenía ese dolor. Sinceramente, creo que el verdadero regalo para toda la vida, es que los niños tengan una madre cariñosa, que les quiera y les críe con amor, y sobre todo que lo haga todo de manera que disfrute de su maternidad.

Eso si tras dos meses, las hormonas más reposadas, y con menos sueño, decir que ser madre es la mejor experiencia de mi vida.