sábado, 26 de octubre de 2013

El tallaje de las ropa de bebés:


Una de las cosas que más me preguntan las nuevas mamás novatas, es acerca de las tallas de la ropa de bebé. Es algo mucho más sencillo de lo que parece.

La ropa, según la tienda, se talla por edad y/o por centímetros. Hay que evitar las tiendas donde sólo tallan por edad, porque ningún niño lleva la ropa que corresponde a su edad, o es más grande o más pequeño,  y tienes que ir con el niño a probarle (con lo que le gusta eso a un bebé). Normalmente cuando es por edad tallan de tres en tres meses, por ejemplo de tres a seis meses, de seis a nueve... pero hay tiendas como el Corte Inglés donde tallan de seis en seis meses, lo que resulta bastante ambiguo. 

Luego hay tiendas como Petit Batou donde ponen la edad y los centímetros, pero no coincide con el tallaje español (es más pequeño. Jamás pensé que los niños españoles fueran más pequeños que los españoles), por lo que siempre habrá que guiarse por los centímetros.

De forma general el tallaje por centímetros es el siguiente:

- Prematuros: 46 cms.
- Primera puesta: 56 cms
- Tres meses: 62 cms.
- Seis meses: 68 cms.
- Nueve meses: 74 cms.
- Doce meses: 80 cms.
- Dieciocho meses: 86 cms.
- Veinticuatro meses: 92 cms.

O lo que es lo mismo:

 - De uno a tres meses: 56-62 cms.
- De tres a seis meses: 62-68 cms.
- De seis a nueve meses: 68-74 cms.
- De nueve a doce meses: 74-80 cms.
- De doce a dieciocho  meses: 80-86 cms.
- De dieciocho a veinticuatro meses: 86-92 cms.

 En cada revisión, tu pediatra pesará y medirá a tu bebé, por lo que siempre sabrás cuales son sus medidas.

 Con los bodies y pijamas, trata siempre de comprar una talla más, porque se les quedan pequeños enseguida.

 

 

sábado, 19 de octubre de 2013

Volver al trabajo:


Hay un momento al que toda madre se tiene que enfrentar tarde o temprano, la vuelta al trabajo. A mi me ha tocado hace un mes. Ha sido muy duro, y no solo porque te toca volver a madrugar y tener horarios tras meses de anarquía, sino sobre todo porque tienes que dejar a tu bebe.

Los primeros días cuando me asomaba a su cunita por la mañana y le veía tan dormidito, pensaba que me tenía que ir, y se me partía el alma. Luego llegaba por la tarde/noche, me sonreía, y pensaba en todo lo que me estaba perdiendo y era peor. Mi marido, que por suerte o por desgracia está en casa y se queda con él, me manda fotos al móvil cada vez que hace una gracia, pero eso me hace sentir más triste.

Es como si me arrancaran el alma a zarpazos.

Tras dos semanas, pedí en la oficina el mínimo permitido por ley para la reducción de jornada por maternidad. 35 horas semanales, lo que me permite salir una hora antes cada día. Sé que estando mi marido en casa, no es lo lógico, pero es que no podía más, tenía la sensación de que no le veía, que me estaba perdiendo a mi bebé.

Ya veremos como nos arreglamos económicamente.

Y es que las mujeres estamos genéticamente predestinadas a cargar con todo sobre nuestras espaldas, máxime en todo lo tocante a la maternidad. Cuando es la madre la que se queda en casa con los niños, nos ocupamos de ellos y al llegar el padre a casa del trabajo, seguimos ocupándonos de ellos, porque claro pobrecito acaba de llegar de trabajar. Si la mujer trabaja, y el padre se queda con los niños, cuando la madre llega a casa, por supuesto corre a ocuparse del niño, porque pobrecito tu marido lleva todo el día cuidando  de él (aparte de que claro, tú no le has visto). Vamos, que el caso es estar currando 20 horas al día y no descansar nunca, tengas las circunstancias que tengas.

Lo peor es que pasan los días y te vas acostumbrando poco a poco a la situación, a dejarle dormido por las mañanas, y verle sólo un ratito por las tardes. Eso te hace sentir aún peor. A veces pienso que sentirse culpable por una cosa u otra, es una parte intrínseca del hecho de ser madre.

Mientras dura la baja por maternidad, estás las 24 horas del día pendiente de tu bebé, sobre todo los primeros meses. En cierta manera te pierdes un poco como persona, pero llega un día en el que tienes que retomar tu vida, y no sabes por donde empezar. Ya he explicado lo duro que resulta separarte de tu bebé, pero también es complicado volver a retomar el ritmo en el trabajo. Llevas tantos meses alejada del ajetreo que es todo un impacto volver al día a día, estás como desorientada, o más bien sin como.

Además, cuando llegas a casa no descansas. Bueno, ya nunca más vas a descansar. Eres madre.