Vista desde fuera, la lactancia
materna puede parecer muy sencilla y bonita. Algo para lo que la propia
naturaleza nos dota a las mujeres de lo necesario para llevarla a cabo. Sin
embargo, toda mujer que ha dado de mamar sabe que no es así.
Lo malo es que cuando haces la
inútil preparación al parto te la pintan como algo muy bonito, y que además es
lo mejor para ti y el bebé. No te preparan para llevarla a cabo correctamente,
lo que es un grave error. La única opción que te dan es que acudas a los
talleres de lactancia materna una vez hayas dado a luz, cuando moverte de casa
es poco "más" complicado.
Lo primero que hay que saber es
se van a tener los pezones tan sensibles que no se soporta ni el roce del
camisón, por lo que una buena provisión de sujetares de lactancia (hasta se
duerme con ellos) es imprescindible, así como los consabidos discos de
lactancia, que se usan tanto para evitar las pérdidas de leche, como para
mitigar la sensibilidad de los pezones.
Nunca se debe dar de mamar sólo
con el pezón, sino que el bebé debe tener en su boca la mayor parte de la
aureola que pueda. Si no se hace así aparecerán grietas, que resultan muy
dolorosas. Si tienes dudas acerca del enganche, en el mismo hospital donde des
a luz, puedes pedir a una enfermera que lo revise. Como digo es muy importante.
Para desenganchar al bebé del
pecho, nunca hay que tirar, sino introducir un dedo dentro de la boquita del
niño retirando así la mama. El bebé al mamar hace vacío, por lo que si tiras te
saldrán heridas.
La piel de los pezones se
resiente mucho, utiliza después de cada toma una pomada para lactancia. La más
usada es purelán, porque no hace falta lavar el pecho antes de cada toma.
Las tomas son eternas. Lo normal
es que duren entre una hora y hora y media los primeros meses. Hay quien te
dice que a los dos meses el niño tiene la capacidad de vaciar un pecho en cinco
minutos, pero no es verdad. Yo he hablado con un montón de madres, y tomas
dicen lo mismo, como mínimo cuarenta minutos. No hay que poner tiempo a las
tomas, tienes que dejar que el niño se desenganche sólo. Hay que ofrecerle
primero el pecho por el que terminara la toma anterior, dejar que lo vacíe, y
ofrecerle el otro del que deberá tomar lo que quiera.
El pecho después de cada toma
tiene que quedar blando. Es importante que no te quede leche retenida porque se
puede desencadenar una mastitis, que es una infección de la mama. Utiliza el
sacaleches si tu bebé no vacía por completo el pecho. Si en notaras un bulto
duro en el pecho, acude rápidamente a tu médico, puede ser una ingurgitación
que es precisamente leche retenida, y que tiene que salir, ya que si se infecta
puede, como digo, desencadenar una mastitis. La mastitis produce fiebre, la
zona infectada estará dura como una piedra, roja y caliente al tacto, a parte
de generar un dolor más intenso aún que las contracciones del parto. Pero lo
peor es que como esa leche tiene que salir le tienes que seguir poniendo al
pecho al niño, y eso si que duele. Se tratan con antibióticos y calor antes de
las tomas.
Por mucho que haya quien se
empeñe en lo contrario, dar el pecho duele. Te dolerá el enganche, es normal,
puede que con suerte el resto de la toma no. Además, tras semanas dando el
pecho duelen los pezones por la constante presión, y probablemente durante las
tomas te suba un dolor desde el lateral del pecho hasta la espalda, es normal.
El mejor aliado para dar el
pecho, además del purelán y el sacaleches, es un buen cojín de lactancia. Sirve
para apoyar al niño, y así que no te duela la espalda. Intenta tener siempre
una buena higiene postural, son muchas horas las que pasarás dando el pecho, y
tu espalda lo agradecerá.
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