Cuando se tiene un bebé y se
llega a casa con él o ella, la primera sensación que se tiene es de alivio por
estar por fin en casa tras abandonar el hospital. Sin embargo, esa sensación
dura pocas horas, se evaporan cuando el bebé comienza a llorar por primera vez.
La madre se encuentra mal por muy
bueno que haya sido el parto. Lo que la apetece es que la cuiden a ella, no
tener que levantarse de la cama para tener que cuidar a un niño recién nacido,
con el trabajo que ello supone.
Antiguamente, las mujeres de la
familia cuidaban a las madres recién paridas, de forma que ella sólo se tenía
que preocupar de descansar, recuperarse, y dar de mamar al bebé. Ahora nos
vamos a casa solas con nuestro hijo y un marido tan inexperto como nosotras. El
caos está servido. Además, al cansancio del parto, se une el bajón hormonal
propio del postparto, y el sueño, porque en el mejor de los casos, y si se
tiene una buena noche, el bebé pedirá comer
cada dos o tres horas, y cualquier padre sabe que dormir a ratos no cunde lo
mismo que hacerlo del tirón.
La sensación que se tiene es de
caos, anarquía, sueño, depresión... es muy duro. Sobre todo porque no se ve el
fin. Pasan los días y las semanas, y se sigue igual, durmiendo a ratos,
comiendo a deshoras, teniendo que hacer malabarismos para ducharte, o salir de
casa... el primer mes se hace eterno. Todas las madres con las que he hablado
dicen lo mismo, que en lugar de las tonterías que te cuentan en la preparación
al parto y que no sirven para nada, más les valdría ponerte sobre aviso de lo
que va a ocurrir.
Sin embargo, cuando piensas que
tú vida nunca será la misma, que no volverás a sentirte como un ser humano, que
no ves la luz... un buen día, tu bebé duerme seis horas del tirón. Ni te lo
crees, te parece una maravilla, seis horas, te sientes renacer. Es el principio
del cambio.
Con esto, lo que quiero es dar
ánimos a todos los padres primerizos que puedan leer estas líneas. Que el
principio es lo peor, pero que aunque parezca increíble, pasa, se supera, y
llegará un momento antes de que te des cuenta, que tu bebé te dejará dormir, y
con ello volverás a comer a tus horas, a salir a la calle, y tener nuevamente
vida.
Ánimo. Aunque no veas el fin, te
aseguro que llega. Y antes de lo que piensas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario