Como ya he dicho en anteriores
post, soy una gran defensora de una Sanidad Pública de calidad, pero desde
luego la calidad en la española brilla por su ausencia. No sé si serán los
recortes, o es que siempre ha sido así y como yo tengo un seguro privado desde
que tengo uso de razón no lo había visto porque apenas la he usado, pero mi
experiencia ha sido nefasta.
El caso es que tras mi
embarazado, parto y postparto, el concepto que tengo de la Seguridad Social es
absolutamente pésimo. Como comenté hice un amago de dar a luz en la Paz, que se
supone que es la mejor maternidad de España, en que hora... menos mal que sólo
fui un par de veces, y luego acudí a mi seguro privado, y a mi ginecólogo de
siempre. Que relax, la Sanidad Pública sólo me había estresado.
Para empezar te dan citas a
horarios absolutamente incompatibles con un puesto de trabajo, ¿en qué cabeza
cabe que una mujer que trabaja vaya al ginecólogo a las 11 de la mañana? y
recházala, que te dan cita para cuando el niño haga la primera comunión. Luego
llegas a la consulta. Más vieja y cochambrosa no puede estar, con una camilla
con unos estribos de hierro que parecen sacados de La Celestina, ¿y esos son
los famosos medios de la Seguridad Social?. Lo siento, me quedo con mi
ginecólogo y su aséptica, limpia, y moderna consulta.
Después pide cita para otro día.
Te mandan al mostrador de entrada, donde hay así como cuatrocientas personas
esperando para lo mismo, ¿no pueden poner un teléfono y ya está? desde luego no
necesitan privatizarla, sino organizarla en condiciones, con ahorro en costes
innecesarios, y con una buena gestión de personal. Porque sinceramente a mi me
pareció todo un grandísimo caos organizativo, con el consiguiente gasto que
ello supone.
Es cierto que si tienes algo
realmente grave la Seguridad Social tiene los mejores medios, pero para eso
tienes que estar muriéndote.
Mi opinión no mejoró mucho con
las visitas al pediatra. Tras dar a luz estaba tan hecha polvo que comencé a
llevar a mi hijo al pediatra del ambulatorio. Dios que caos. Me daban cita a
una hora, y allí no había nadie, ni la pediatra ni la enfermera, esperaba, no
venía nadie, subía a preguntar al mostrador y me decían que siguiera esperando.
Un día, la enfermera me explicó que tenía que comenzar a conocer el
funcionamiento del ambulatorio, que la hora de cita era orientativa, y que si
no estaban es que se estaban tomando un café, y claro que ya vendrían. ¡Funcionarios
de mierda!, hacemos eso en la empresa privada, y te digo yo donde nos mandan.
Repito, la Sanidad Pública no necesita privatización, sino organización.
La última: voy a la revisión de
los 4 meses y la pediatra no está, se ha ido de vacaciones. No es la primera
vez que me deja colgada, en la revisión de los 15 días me dijo (tras esperar
una hora) que volviera otro día que tenía una reunión. Pero ya que te citen y
no esté, es el colmo, y encima no había otro pediatra, no, me lo vacunaban y
que ya le verían a los 6 meses. Como ya tengo las hormonas reposadas, y vuelvo
a ser yo, prácticamente muerdo a la enfermera y la digo que pasa, que si a mi
hijo en la Seguridad Social no se van a dignar mirarlo desde los 2 meses hasta
los 6, no sabe que decirme. Menos mal que por el seguro privado le estoy
llevando a San Rafael, y sigo yendo a la pública por las vacunas, que si no...
Claro, que me parece horrible, porque quien no se pueda pagar un seguro
privado, ¿qué ocurre? ¿qué atención están recibiendo sus hijos? un horror.
También he acabado hasta el gorro
de las matronas. Creo que por cada una amable, hay noventa bordes. Además,
¿pero que se han creído? si no son médicos, aunque actúan como tal. Lo peor, en
la Seguridad Social te atiende una matrona el parto, y sólo si es necesario
llama a un ginecólogo, me parece una aberración, no puede saber lo mismo
alguien que ha estudiado tres años, que alguien que ha estudiado diez. Así
pasa, como me contó mi ginecólogo que por las mañanas está en la pública, que
muchas veces les llaman cuando ya es demasiado tarde...
Lo siento, yo quiero un MÉDICO
en todos mis partos.
Por otro lado, yo creo que les
ponen como requisito para entrar en la profesión ser bordes, no encuentro otra
explicación. La que me atendió en urgencias en la clínica, aparte de borde y
seca, me hizo un daño al reconocerme que ni las propias contracciones. Y ya la
que me atendió el parto ni te cuento... primero como era primeriza no me hizo
mucho caso y claro, mi médico no llegó a tiempo, y gracias que había una
ginecóloga en el paritorio de al lado (ver mi post sobre el parto), que si no
tenemos un disgusto, que mi parto fue rápido y complicado a la vez, porque mi
hijo venía con una vuelta de cordón. Y segundo me trataba como si yo fuera una
niña pequeña y encima gilipollas, vamos el no va más del tacto.
Evidentemente hay de todo en
todas partes, y la matrona que me mandó a casa el seguro privado (si, a casa.
Por cierto, en otros países europeos la Sanidad Pública manda la matrona a casa
los primeros días tras al parto, siempre y en todo, evitando desplazamientos,
algo muy de agradecer tras el esfuerzo del parto) era un encanto. Me ayudó mucho con mis
problemas con la lactancia (llegó a la conclusión de que era mejor que le
dejara de dar el pecho), y me dio muchísimos consejos útiles. Además, las
matronas del servicio materno-infantil de mi sociedad, a las que puedes llamar
cuando quieras durante los 6 meses posteriores al parto, y a las que he llamado
en varias ocasiones, me han ayudado mucho.
Luego está la matrona de mi
ambulatorio. Merece un comentario aparte. Yo decidí hacer la preparación al
parto en mi ambulatorio por comodidad, ya que lo tengo al lado de casa, y el
caso es que durante la preparación me pareció muy maja, aunque nos comiera a
todos la cabeza con la dichosa lactancia materna. Pero luego, cuando fui a
verla tras dar a luz, todo cambio. Durante el embarazo me había tratado de
convencer de que diera a luz en La Paz, obviamente no la hice ni caso, cuando
fui tras el parto lo primero que me preguntó fue que donde había dado a luz, al
responderla que en Santa Elena, os podéis creer que se enfadó.
Y digo yo, ¿a ella qué más le
dará? parece como si les mosqueara que tuvieras un seguro privado, o que no
elijas a la sanidad pública por encima de todo. Vamos a ver, que yo hago lo que
me da la gana. Es como cuando a mi hijo se le infectó el cordón umbilical y
según la pediatra del ambulatorio fue porque había nacido en uso de "esos
hospitales". Me toca bastante los coj... que en la Seguridad Social me
miren mal por ser de Sanitas. Con mi doctora de cabecera nunca me había pasado,
en la vida.
El caso es que luego preguntando
a las que hicieron la preparación al parto conmigo, que me las he ido
encontrando por el barrio, no tan tenido muy buena experiencia en La Paz. A una
tras ponerla la epidural, la dejaron ir sóla al baño y claro, se cayó. A mi no
me dejaron moverme en 6 horas.
Pero volvamos a la matrona. Tras
ponerme mala cara porque había tenido al niño donde me había salido del
fandango, y no donde ella consideraba oportuno, le comenté que me molestaba la
episiotomía. Me dijo que la tenía infectada. Mi ginecólogo me dijo dos días más
tarde que lo que la tenía era abierta. También la comenté el problema con la
subida de leche (ver mi post sobre el parto), que me había tardado una semana,
y me reprochó darle leche de fórmula, que si los calostros eran leche, que si
no cogía peso la culpa era mía... en fin, como ésto ya lo he contado no lo voy
a repetir, pero con que ganas me quedé de darla dos buenas hostias, si, con
todas las letras.
Luego están las enfermeras, que
también se creen que saben más que nadie. En las revisiones del ambulatorio la
enfermera te da mil consejos, luego la pediatra (que por algo es médico) te
dice lo contrario. Por ejemplo:
La enfermera: no le des agua al
niño hasta los 6 meses, ni siquiera con el calor.
La pediatra: en cuanto empiece a
hacer calor dale agua al niño.
La enfermera: le tienes que dar
el pecho todo lo que puedas, que si las defensas, que si patatín, que si
patatán.
La pediatra: que si no le das el
pecho tampoco pasa nada.
Sin comentarios.
Es como en el hospital, cuando me
pusieron pegas para darme un biberón, luego llegó la pediatra y puso el grito
en el cielo, porque estaban matando a mi bebé de hambre. Tengo que escribir a
la dirección de la clínica para quejarme, lo digo muy en serio.
Jolín, cómo está el patio... yo creo que los sanitarios están más quemados que el puro de Colombo (por muchos y diversos motivos) y por eso reaccionan así.
ResponderEliminarNo quiero hacer de abogado del diablo, sólo intento comprender su comportamiento... y ésa es la única explicación que se me ocurre.
Claro, que hay de todo como en botica... por ejemplo, mi doctora de cabecera pública era un encanto, y el que ahora tienen mis padres también!
Una de las cosas que me gustan de aquí es que tu vas a un médico, y si no te gusta (como me pasó a mí una vez) te cambias a otro tan ricamente: cada uno elige qué médico visitar o en qué hospital operarse o dar a luz...
Besines!
Yo de mi doctora de cabecera no tengo queja, la verdad. Es estupenda, de quien he acabado hasta el gorro ha sido de las enfermeras y sobre todo de las matronas, que se meten a todo sin saber. De los médicos no tengo queja ninguna.
ResponderEliminarAquí también puedes cambiar de médico o de hospital, al menos en la Comunidad de Madrid, y luego claro por Sanitas yo voy al que me de la gana.