jueves, 4 de agosto de 2016

Segundo embarazo

Bueno, pues aquí estamos de nuevo, otra vez embarazada. Supongo que debería renombrar este blog como Diario de una mamá ya no tan novata, pero no sé si blogger me va a dejar hacerlo.

Dejando de lado el embarazo en si, que está siendo de traca (ya os lo contaré), está nueva maternidad está siendo muy diferente a la primera. Para empezar no vives el embarazo igual, con el primero esperaba con ansiedad las visitas al ginecólogo, y cada prueba que me mandaba era un mundo. Ahora se me está pasando volando, y cuando me he querido dar cuenta ya me había hecho hasta la prueba del azúcar, y sin pena ni gloria. No me quiero ni imaginar como se debe vivir el tercero jajaja.

Además, tienes que atender al mayor, y no es tan fácil, si no puedo ni con mi alma. No sé como lo voy a hacer el último mes, que encima me coincide con la operación "empezamos el colegio". Ya veremos.

Luego está como lo viven los demás.

En el primero mi marido me acompañaba a todas las visitas del ginecólogo (es cierto, que se quedaba en la calle porque la única que subió fue con un embarazo anterior que terminó en aborto, y le dió por decir que era gafe. Pero me traía y me llevaba), no faltaba a una prueba, me hacía millones de fotos, fotografió el proceso de preparar su cuarto, venía a comprar las cosas.... Ahora, como definirlo, hum... ¿pasa? por supuesto no ha hecho ni amago de llevarme al médico (cierto es que está trabajando, pero es que ha habido veces que ni me ha preguntado. Y la guinda fue al inicio, que ya lo contaré con calma pero tuve una hemorragía de las de "me estoy desangrando cual cerdo en plena matanza" en la semana 13, porque tuve un desprendimiento completo de la bolsa, le llamo para contárselo y que voy de camino al ginecólogo y va y me contesta "y yo que quieres que le haga, estoy en el trabajo, no pretenderás que vaya". Claro que la respuesta de mi madre fue " uy pues ya puedes olvidarte que eso es un aborto"). Además, casi he tenido que exigirle que por favor me hiciera alguna foto. De los preparativos pasa completamente, me estoy encargando yo de todo, él sólo me pregunta que cuanto hay que pagar. Y las pruebas... cuando tuve la ecografía de las 20 semanas y me dijo que no me acompañaba, que para qué, casi tuve que amenazarle con el divorcio si no venía, finalmente se cogió el día de vacaciones. El día de la prueba del azúcar vino, si, y miró el reloj cada segundo que pasaba porque se tenía que ir a trabajar. Con todo ésto no quiero decir que no sea cariñoso y no se preocupe por el bebé, es que la diferencia de actitud es tan grande que no deja de sorprenderme.

Luego están mis padres. Mi padre pasa, claro que también pasó con el primero, las dos veces cuando le he dicho que estaba embaraza su respuesta ha sido algo así, ah, hum, poco más, cuando nazca le compará hasta lo incomprable que le conozco, pero de momento pasa. Luego está mi madre, con el primero me dijo "ah, entonces no puedes comer jamón (porque estaba haciendo habas)" y con el segundo "bueno, supongo que te tendré que dar la enhorabuena, ¿no? al fin y al cabo es mejor que una enfermedad". Luego es cierto, que como he tenido que guardar reposo, la pobre se ha cruzado medio Madrid en metro todas las tardes para cuidar de mi y del mayor, la he visto muy muy preocupada por mi salud, y muy pendiente de mi hijo, pero no muy ilusionada con la llegada de un nuevo nieto. No paran de repetirme "será el último, ¿no?" o "después de éste todo a la parroquia". Claro que mi marido me dice que si por cualquier cosa me vuelvo a quedar embaraza emigra al extranjero, sé que es broma, pero me lo ha repetido tantas veces que como se suele decir ya huele, hasta mi madre me hace la bromita.

Mis suegros se alegraron mucho, aunque mi suegra quería una nieta y no es, así que no para de repetirme que tengo que ir a por el tercero, que no puedo quedarme sin tener una niña como le pasó a ella.

Por otro lado a estas altura de embarazo con mi primer hijo había recibido ya varios regalos, y yo creo que con este directamente no me va a regalar nadie nada. Caerá el típico trajecito y ya. Supongo que la gente piensa que cuando ya has tenido un hijo, para el segundo ya lo tienes todo. No piensan que muchas cosas fueron prestadas y las has tenido que devolver, o que no te coinciden las estaciones y la ropita no te sirve, que tienes que comprarle una cama al mayor con todo el gasto que eso supone, que al pequeño también hay que comprarle algún mueble aunque sólo sea para poder guardar su ropa.... Tengo amigas que si me han ofrecido muchas cosas de sus hijos, pero el resto del mundo ha desaparecido. No quiero que ésto se malinterprete y nadie piense que quiero que me regalen cosas, es simplemente que me sorprende la diferencia.

Al final va a tener razón mi abuela, y al primero lo cría la madre, al segundo lo cría la Virgen y el tercero se cría sólo.

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